pienso ante una pantalla.
Voy a escribirles que hicieron
de esto mi propia casa.
Voy a escribirles que gracias,
que a pesar de lo que hablan,
de lo que chillan o cotillean,
a pesar de lo que pasan,
a pesar de todo eso
merece mucho la pena
compartir un juego de cartas,
enseñarles qué es la misa,
hacer fotos o comer pastas.
que a pesar de lo que hablan,
de lo que chillan o cotillean,
a pesar de lo que pasan,
a pesar de todo eso
merece mucho la pena
compartir un juego de cartas,
enseñarles qué es la misa,
hacer fotos o comer pastas.
Voy a escribirles que tengo
siempre ganas de verlos
que devuelven a la vida
mi corazón de mudanza;
y que fuera de mi tierra
me hacen hueco
en Salamanca.
siempre ganas de verlos
que devuelven a la vida
mi corazón de mudanza;
y que fuera de mi tierra
me hacen hueco
en Salamanca.
Voy a escribirle a Begoña
que me hace reír con ganas
o al Álex, que me vacila.
A Antonio y Maite… sin palabras…
Voy a decir a las martas
que sonrían más si pueden,
a Sara o Ana que hablen
que se quejen, que debatan.
Decirle a Raúl Matilla
que sincere las miradas…
Voy a escribirle a Chino
que ya sabe: sin él nada.
Y rezaré a Mosén Manuel
para que Sergio vuelva a casa.
que me hace reír con ganas
o al Álex, que me vacila.
A Antonio y Maite… sin palabras…
Voy a decir a las martas
que sonrían más si pueden,
a Sara o Ana que hablen
que se quejen, que debatan.
Decirle a Raúl Matilla
que sincere las miradas…
Voy a escribirle a Chino
que ya sabe: sin él nada.
Y rezaré a Mosén Manuel
para que Sergio vuelva a casa.
Luego lo pienso y no escribo.
No sé decir lo que quiero.
Voy rimando serenatas.
Igual un día las canto
por San Pablo, por Fonseca,
por la Rúa, por la Plaza…
Por la noche susurro al Tormes:
“Gracias por ellos. Muchas gracias”.
No sé decir lo que quiero.
Voy rimando serenatas.
Igual un día las canto
por San Pablo, por Fonseca,
por la Rúa, por la Plaza…
Por la noche susurro al Tormes:
“Gracias por ellos. Muchas gracias”.
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