A Sergio y Olalla
Por si no vuelves, te contaré una historia
del que encontró un tesoro y dejó todo.
Viajó buscando el Sol, y lo encontró.
Y bajo el sol, la felicidad,
como un arroyo,
regaba campos.
Por si no vuelves
te contaré que, a veces, lloro
de una alegría que va muy dentro,
porque me acuerdo
de lo vivido juntos.
Y porque sé que nos reímos
y que también
bajamos a pescar a aquel arroyo.
Por si no vuelves
he de contarte
que aún le rezo
para pedirle que estés aquí.
Que, bien o mal, te necesito cerca
para reñírte o que me riñas,
para volver a sonreír.
Pero si vuelves
o si no vuelves
aquí estaré:
brazos abiertos,
mano tendida,
sonrisa limpia.
Y el corazón, agradecido
me hará saber que estás aquí.
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