Enséñame a dar gracias,
hazme buen samaritano,
agradecido, creyente,
deja que te llame maestro.
Enséñame la vida,
déjame cruzarla
a tu lado.
Y guíame.
Enséñame el camino,
y cúrame de estar
apartado del mundo
y de los otros,
hazme andar, envíame,
que tu Palabra
me cambie.
Palabra que me llena, y me abraza,
y me salva y me sana…
Palabra del camino,
palabra que riega mi alma.
“Palabra que pronuncio
y todo cambia.
La tierra late con tu Palabra”.
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